¿Cómo imaginas tu aula?
- eltallerdetodoscdp
- 25 ene 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 22 mar 2021

Como lectores de “El taller de todos” ¿De qué manera podríamos vivir la educación desde la filosofía de Reggio Emilia? Es probable que te preguntes por qué esta forma de concebir la enseñanza nos inspira… Y es que son tantos y tan amplios los aspectos por los que nos conquista, pero en este momento nos gustaría reflexionar contigo sobre cómo se construye el conocimiento a través de esta propuesta.
La filosofía Reggiana se centra en la concepción socioconstructivista que surge de las teorías de Piaget y Vigotsky. En ella, los niños y niñas son protagonistas y constructores de su conocimiento gracias a las relaciones con otros y las experiencias de su medio ambiente. Esta teoría nos habla sobre cómo el aprendizaje es un proceso nato movilizado por la curiosidad e interés, donde se nace con la disposición de explorar, hacerse preguntas, construir ideas, buscar evidencias e interpretarlas para formar significados. Dentro de la propuesta de Loris Malaguizzi se visualiza este progreso como más significativo cuando el aprendizaje se da en equipo y no solo es individual, por lo que promueve el valor de la cooperación.
Es por ello que Reggio Emilia no es un método sino una o varias líneas de pensamiento que no se verán igual en Italia que en México, y tampoco de una comunidad a otra. Es ahí donde radica su riqueza, en su flexibilidad para ser contextualizada a la diversidad de realidades sin importar aspectos socioeconómicos o culturales. Con esto no buscamos poner en tela de juicio otros métodos educativos, y citando a C. Edwards (1987) creemos que “más que dos naves que se cruzan en la noche somos como dos naves que se adentran en las mismas aguas pero procedentes de distintos mares” , refiriéndonos a la variedad de propuestas educativas dentro del mismo constructivismo.
Para esta propuesta educativa un aspecto clave es el proceso y no tanto la solución al problema como la parte más importante de la vida intelectual. Es aquí en donde nos gustaría establecer una pausa, en cómo a través de su investigación innovan en la filosofía y la pedagogía de la primera infancia. Se alejan de la idea de escuela como otorgadora de saberes, y del alumno como receptor y reproductor de conocimiento, para convertir las escuelas en laboratorios vivos.
¿Qué te imaginas cuando escuchas la palabra laboratorio?
Al llegar hasta aquí seguramente vienen a ti varias preguntas, ¿a qué se apuesta en la construcción del conocimiento?, ¿Cómo es un laboratorio con niños y niñas en edades tempranas? Pues bien, todo inicia mediante la escucha, esto es parte del currículo emergente en donde los temas de estudio son capturados a partir de lo que los niños y niñas tienen que decir, de sus experiencias, inquietudes e intereses, por ejemplo ¿Por qué las aves vuelan?, ¿Por qué los perros no vuelan?.
Estas son interrogantes que desafían y dan pauta para comenzar con un proyecto de investigación. Es ahí cuando la escuela se convierte en un laboratorio, cuando de momento la atención y el interés de todo un grupo se unen en una actividad en común, en donde cada niño y niña se expresan a través de diversos lenguajes que van dirigidos hacia el mismo sitio: la inferencia (¿Por qué las aves vuelan?).
Pensando en el proceso, y dando lugar a los niños y niñas a aplicar sus conocimientos previos. A estimular su lógica e imaginación para resolver esta interrogante, quizás la respuesta más obvia por asociación podría ser, porque tienen alas. Y si seguimos preguntando: ¿Cómo es que las alas pueden volar? Vendrán hipótesis que requieran de la representación simbólica como una manera de comprender relaciones, manipulados objetos, ensayando conjeturas y argumentado entre ellos.
Esto nos llevará a que el aprendizaje se convierta en una labor de equipo., Mientras que, paralelamente, se estarán desarrollando habilidades de pensamiento como la observación, descripción, comparación, relación, y clasificación. Mismas que son un conjunto de procesos básicos para el procesamiento de la información, la flexibilidad cognitiva y la creatividad.
Sin duda alguna el papel del docente es fundamental, pues requiere de sensibilidad, capacidad de asombro, y de ser capaz de situar a los niños y las niñas al centro y al mismo nivel, compartiendo y documentado cada aspecto del proceso. También será guía en la construcción de hipótesis, facilitador de materiales, herramientas y experiencias de su entorno que les permitan representar esas hipótesis y descubrimientos. El adulto será también moderador de las discusiones, respetando sus tiempos, ritmos y desvíos, vocabulario y métodos.
¿Cómo te imaginas esto en tu aula?, ¿Cómo imaginas a los niños y niñas con los que compartes en una experiencia así?, ¿Qué es lo que necesitas para comenzar a innovar?, ¿Puedes crear un “laboratorio desde casa” con nuestra nueva realidad?
Seguro nuestra entrega te deja con preguntas, en esta ocasión es la intención. Queremos despertar tu interés, tu reflexión y colaboraciones, con el objetivo de seguir construyendo juntos El Taller de Todos.
Agradecemos tu interés y gran sentido de responsabilidad en tu labor educativa
¡Gracias por leernos!
Nos encantaría leer tus comentarios y reflexiones
Referencias
ESPERIENZE EDUCATIVA A REGGIO EMILIA. (2011). LE INTELLIGENCE SI TROVANO USANDOLE (5.a ed.). MORATA.
EDWARDS, C. (1987, junio). EL CONSTRUCTIVISMO EN LA EDUCACIÓN. BAMBINI, 156-158.
Comments