top of page
  • Instagram
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Pinterest Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey YouTube Icon

El niño, la niña y el adulto como investigadores

  • eltallerdetodoscdp
  • 14 dic 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 22 mar 2021


La curiosidad es una acción innata del ser humano y surge desde los primeros años de vida. Es un primer elemento que denota el deseo de comprender los fenómenos que nos rodean, conlleva un proceso de observar, examinar, indagar, averiguar, experimentar, cuestionar, probar e interactuar con nuestro mundo, para poder conocerlo; y de esto se desprende la habilidad de investigar. Pero, ¿qué significa investigar? Y ¿por qué es importante incluir una actitud de investigación en la educación inicial?


La palabra ciencia proviene del latín scientia, y significa conocimiento y saber; pero de acuerdo con el biólogo Golombek (2008) la ciencia es una actitud, es hacer cosas, preguntas y experimentos; es así como los niños y las niñas aprenden, de manera activa, manipulando, experimentando, ensayando y equivocándose. Por lo tanto, la ciencia busca continuamente respuestas a preguntas que los individuos tenemos acerca de nuestra realidad, es decir, no se trata de conocimientos ya establecidos o verdades absolutas, sino de aventurarnos en lo desconocido para descubrir cosas nuevas.


Es así como la investigación se refiere a descubrir y/o redescubrir el mundo natural y social en sus diversas formas, decodificarlo, hacerlo comprensible y explicable. El niño y la niña son investigadores científicos desde el momento en que se están preguntando ¿cómo funciona esto?, ¿por qué funciona así? y ¿que hay en él? De acuerdo al psicopedagogo Francesco Tonucci (2006), los niños y las niñas construyen teorías explicando la realidad al igual como lo hacen los investigadores científicos, por lo tanto, no es necesario decirles como es el mundo, ya que ellos lo muestran tal como lo ven, utilizando su propia lógica.


Y ¿Qué papel tiene el adulto en la actitud de investigadores de las niñas y los niños? En un primer momento, los adultos que los rodean tienen que verlos como personas portadoras de derechos, creadores de su aprendizaje, con habilidades de pensamiento, capaces de generar todo un proceso de investigación de acuerdo a su etapa de desarrollo. Es así como el adulto se convertirá en guía y observador de este proceso, convirtiéndose en co-investigador.


Para esto, es importante visualizar a la investigación científica como un proceso que cualquier persona puede realizar, y no visualizarla como un trabajo para un grupo selecto de personas. De esta forma, el papel del adulto como co-investigador será crucial para incrementar la curiosidad de los niños y niñas, proporcionando espacios y materiales que orienten a la investigación, despertando el impulso de descubrir cosas y formulando preguntas más complejas. Recuerda que si conoces la respuesta entonces NO es una pregunta, ya que el adulto también está descubriendo.


Así mismo, destacamos la importancia de la escuela como creadora de experiencias, en donde niños y niñas se acerquen a una mayor comprensión de su realidad y al mismo tiempo enriquecen este conocimiento. Por esto la importancia de la investigación científica en la educación inicial, ya que los conocimientos que adquieren niñas y niños sobre su realidad por medio de este proceso les genera un mayor control sobre su vida, es decir, no solo aprenden de los problemas que están presentes en su entorno, si no que esta visión holística los ayuda a enfrentarse a sus propias acciones, y de acuerdo a su edad, incluso los ayuda a solucionarlos. En conclusión, el fomentar una actitud investigadora desde la educación inicial en niños, niñas, y adultos (docentes) nos hace más conscientes de nuestra participación en la sociedad y el entorno.


A continuación, presentamos una lista de cómo se podría generar un proceso de investigación.

  1. Observamos.

  2. Cuestionamos. ¿Qué quiero saber?

  3. Formulamos hipótesis. Mis suposiciones.

  4. Es momento de experimentar.

  5. Organizamos y analizamos datos.

  6. Conclusiones. ¿Cuáles fueron los resultados? ¿Tenemos que volver a preguntar? ¿Volver a experimentar?

  7. Y finalmente, documentamos y comentamos los descubrimientos.


Esperamos este texto haya sido de tu agrado y encienda la chispa de la imaginación y la curiosidad.


¡Gracias por darte el tiempo de leer!

__


Referencias

Ortiz Rivera, G. y Cervantes Coronado, M. L. (2015). La formación científica en los primeros años de escolaridad. Panorama, 9(17), pp. 10-23.

Liebel, Manfred (2007). Niños Investigadores. Encuentro, N°78, pp. 6-18.


Nos encantaría leer tus comentarios y reflexiones.

Commenti


¿Te gustaría recibir más información?

  • Grey Instagram Icon
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Pinterest Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey YouTube Icon
bottom of page